En los espacios de representación estudiantil solemos debatir ideas, posiciones y formas de movilización. Aquello es, sin duda, fundamental para la vida política universitaria. Sin embargo, existe un componente silencioso que condiciona la eficacia de cualquier organización y determina si su labor perdura o se diluye con el tiempo: la capacidad de ordenar, registrar y preservar su propia memoria institucional.

Al asumir nuestras responsabilidades, constatamos en nuestros archivos una dispersión significativa de documentos, carpetas y registros, marcada por la ineficiencia y la falta de criterios comunes. Al incorporarnos a CONFECh, nos encontramos exactamente con el mismo panorama. Esta situación, aunque problemática, resulta comprensible: tanto las federaciones como la confederación han debido enfrentar una alta carga de trabajo y, al mismo tiempo, una notoria carencia de estructura y sistematización.

Ante esta realidad, asumimos el desafío de transformar la inercia administrativa. Tras una labor rigurosa, el panorama comienza a modificarse.

1. Una memoria institucional que no dependa del olvido

Hoy existe un esfuerzo deliberado por establecer una estructura documental ordenada y de acceso público. No se trata simplemente de reunir archivos, sino de construir un sistema lógico, jerarquizado y transparente, en el que actas, minutas e insumos puedan ser verificados y consultados sin obstáculos.

La organización de carpetas, aunque algo obvio y a primera vista trivial, habilita algo que hasta hace poco resultaba inusual: la posibilidad de rastrear la historia reciente de la CONFECh con claridad, sin depender exclusivamente de la memoria oral ni de transmisiones informales.

Para ordenar adecuadamente ambas organizaciones, se ha definido la siguiente estructura, representada en el siguiente esquema:

├── CARPETA PÚBLICA/
│   ├── 1. ACTAS DE SESIONES/
│   ├── 2. ASISTENCIA Y VOTACIONES/
│   └── 3. ESTATUTOS/
│
├── MESA 2025/
│
└── MESA HISTÓRICA/

La CARPETA PÚBLICA reúne los documentos esenciales destinados a garantizar la transparencia. MESA 2025 contiene los archivos administrativos de la mesa en ejercicio, mientras que MESA HISTÓRICA conserva los antecedentes de las mesas anteriores, asegurando la trazabilidad de cualquier documento administrativo generado en su gestión.

Este orden documental, sencillo y coherente, no solo optimiza el trabajo interno, sino que refuerza la credibilidad institucional al consolidar una memoria ordenada, accesible y preservable en el tiempo.

2. Una base de datos que revela quiénes somos

La nueva base de datos permite constatar algo que durante años se insinuaba, pero que carecía de sustento empírico: la representatividad del sistema estudiantil está lejos de ser plena.

• El 59% de los estudiantes del país cursa estudios universitarios; de ellos, menos del 75% cuenta con representación efectiva en CONFECh.
• Los Institutos Profesionales y los Centros de Formación Técnica —que constituyen el 41% del sistema— han permanecido históricamente excluidos, pese a reiterados intentos de incorporarlos.
• Las universidades privadas, tanto dentro como fuera del CRUCH, concentran aproximadamente el 74% del estudiantado universitario.

Estos datos no imponen soluciones, pero sí corrigen percepciones arraigadas y elevan el estándar de la discusión hacia uno de mayor precisión y honestidad. Con este propósito, hemos desarrollado bases de datos robustas que centralizan variables críticas —como el órgano de origen, la pertenencia institucional, la representatividad numérica y el estado de acreditación—, transformando información dispersa en conocimiento gestionable.

Esta sistematización permite identificar con exactitud a los actores habilitados para participar, garantizando que la comunicación interna y la toma de decisiones respondan a criterios objetivos verificables en lugar de a la discrecionalidad.

3. Participación verificable: asistencia, votaciones y legitimidad

Se ha desarrollado un sistema de registro simple, transparente y consistente para documentar asistencia y votaciones. Lo esencial: verificación de presencia, acreditación válida y un historial ordenado que permita seguimiento en el tiempo.

Este mecanismo revela patrones que antes permanecían ocultos:

• A nivel nacional:
  • 55 federaciones confederadas, pero solo 28 cuentan con acreditación vigente.
  • Asistencia promedio a plenarias nacionales: 15,25 federaciones.
• A nivel metropolitano:
  • 21 federaciones confederadas, de las cuales solo 12 están acreditadas.
  • Asistencia promedio a plenarias zonales: 8,08 federaciones.

La participación deja así de depender de impresiones o relatos parciales: se vuelve cuantificable, verificable y discutible con evidencia. Esto permite identificar ausencias persistentes, exigir responsabilidad y reconocer con claridad quiénes sostienen efectivamente el funcionamiento de la organización.

Las reglas que otorgan legitimidad al proceso son simples:

• Confederarse para integrar formalmente la organización.
• Acreditarse para ejercer el derecho a voto.

Sin el cumplimiento de estas condiciones, la toma de decisiones pierde fundamento y, con ello, su legitimidad.

4. Replicabilidad

La sistematización implementada ha demostrado su eficacia tanto en la gestión interna de la FEDEP como en la administración de la CONFECh, validando su utilidad desde nuestro rol en la vocería de las universidades tradicionales. Sin embargo, su valor no es exclusivo: se trata de un modelo estructuralmente escalable, diseñado para ser adoptado por cualquier federación que aspire al orden y la transparencia.

En definitiva, es un mecanismo de eficiencia técnica y profundidad democrática. Si bien su diseño y puesta en marcha exigieron un esfuerzo fundacional considerable, su mantenimiento futuro es sencillo. Entregamos así una herramienta de bajo costo operativo pero de alto valor histórico, capaz de resguardar la continuidad de la organización para las generaciones venideras.

Construir institución también es hacer política

Las tareas de ordenamiento y registro, a menudo invisibles, constituyen la columna vertebral de cualquier entidad con vocación de futuro. Superar la dispersión y el voluntarismo para instaurar una continuidad lógica ha sido el norte de la FEDEP. En este contexto, el lanzamiento de este sitio web no es un hecho aislado, sino la cristalización de un esfuerzo por proteger la identidad y la historia de nuestra organización frente a la volatilidad del tiempo.

Cimentar esta base institucional es un trabajo que, lejos de ser burocrático, es profundamente transformador. Determina si lo que edificamos será pasajero o si poseerá la solidez necesaria para evolucionar. Apostar por la transparencia y la sistematización es un acto político que nos permite escapar de la temporalidad de los ciclos cortos, entregando a las futuras generaciones una estructura capaz de sostenerse y crecer.